El “Ban des Vendanges” es una expresión francesa que solía designar el pregón que advertía a los viticultores de la apertura de la vendimia. No solo les advirtió, sino que incluso les obligó a no cosechar hasta entonces. Esta restricción estaba dirigida a obtener vinos de calidad, exigiendo a los viticultores que tienen demasiada prisa no recolectar antes de la madurez. Para proclamar abierta la vendimia nos basábamos empíricamente en el aspecto y la degustación de las uvas (entonces no existían los medios para controlar la calidad y la maduración), pero también cumplíamos con las costumbres locales: así, en Borgoña, se consideraba que la cosecha podía comenzar cien días después de la floración de los lirios.

Hoy en día, siempre es conmovedor escuchar al presidente de la Jurade de Saint Emilion lanzar desde lo alto de la Torre del Rey la fórmula de antaño: « Peuple de Saint-Emilion et des septs communes, la Jurade proclame le ban des vendanges. Ouvrez lourdes les portes des cuviers, commencez la cueillette». Que se puede traducir como “Pueblo de Saint-Emilion y las siete comunas, el Jurade proclama la prohibición de la cosecha. “Abre las pesadas puertas de las cubas y empieza a recolectar ('picking')”.

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